Reforma, Sección Cultura, Mexico City, March 25, 2004.


Crea Kac arte transgénico

Por Erika P. Bucio
Reforma

Lo importante no es cómo vienen los seres al mundo, sino qué les sucede
después, sostiene el artista brasileño Eduardo Kac al referirse a la
expresión más lograda de su arte transgénico: la conejita fosforescente
Alba.

Con la ayuda de tres especialistas del Instituto Nacional de Investigación
Agronómica (INRA) de Francia, al animal le fue introducida en el 2000 una
mutación sintética del gen de la medusa, que produce una proteína verde
fluorescente (PVF).

Para Kac, Alba no es sólo un animal transgénico, sino una obra artística:
"El arte transgénico se basa en la creación de nuevas formas de vida a
partir de información genética".

También dice estar consciente de que esto que califica como arte, para otros
es apenas un experimento científico de discutibles alcances estéticos.

"Por carecer de una tradición o resultar perturbadoras, a las nuevas formas
artísticas se les considera cualquier cosa menos arte", señala en entrevista
vía correo electrónico.

Pero el arte transgénico, aclara, no se limita a la creación de un "animal
quimérico" a partir de ingeniería genética: involucra un debate público como
el que provocó el anuncio del nacimiento de Alba en mayo del 2000.

Este proyecto artístico, refiere, sólo concluirá cuando la coneja viva con
él y su familia en Chicago, propósito que persigue a través de su página
www.ekac.org.

"La campaña continúa. Constantemente renuevo mis esfuerzos públicos y
privados. Pronto habrá una nueva obra que se llamará 'The Alba Headline
Supercollider", anticipa.

Sobre las declaraciones hechas por Louis-Marie Houdebine, uno de los
científicos del INRA que colaboró en el diseño genético de Alba, en
septiembre de 2002 a la revista Wired, donde afirmaba que la coneja había
muerto un mes antes, Kac asegura que se trata de una estrategia mediática
del laboratorio para poner fin a su propósito de "liberar a Alba".

Profesor en el Instituto de Estudios Superiores de Arte en Chicago, Kac
considera que su trabajo responde al tiempo que le ha tocado vivir.

"Los artistas siempre se han ocupado de los problemas de su tiempo, e
incluso se les han anticipado, contribuyendo a crear nuevas formas de
entender y lidiar con un mundo cambiante. En ese sentido, mi trabajo no es
una excepción", señala.

Kac cree necesario ampliar la concepción tradicional del arte, por
considerar que la manipulación de información genética es un elemento más de
la obra.

¿Le parece aceptable manipular información genética en nombre del arte?
¿Incluso si se tratara de seres humanos?

El asunto no es si se manipula información genética en nombre del arte, sino
la manipulación de esa información en sí misma. Punto. Independientemente de
en nombre de qué se haga, debe realizarse con sumo cuidado y
responsabilidad. No creo que sea aceptable crear seres humanos como obras de
arte, ni ahora ni en el futuro, por la misma razón que no comemos seres
humanos en el lunch.

El arte transgénico, en el que se inició en 1998, ayudará a borrar las
fronteras entre biología y tecnología. "A nivel de materia, esta división
tiende a desaparecer. Son distinciones más intelectuales que pragmáticas".

Su más reciente obra, Jugada 36, que se exhibe en el Exploratorium de San
Francisco, California, "contribuye a nivel teórico y práctico a nuestra
percepción de esta nueva condición", afirma.

La obra se basa en la partida que perdió el campeón mundial de ajedrez Gary
Kasparov contra la máquina Deep Blue en 1997. A partir del código binario,
Kac inventó equivalentes para cada una de las letras de la máxima de
Descartes "Pienso, luego existo", y con esta combinación creó un gen
sintético que introdujo a una planta.

El resultado fue una instalación con forma de tablero de ajedrez, hecha con
cuadros de arena y tierra, en la que colocó la planta transgénica en el
lugar donde Deep Blue hizo la jugada 36, que significó la derrota de
Kasparov.

Kac, blanco de numerosos ataques por las implicaciones éticas de su obra,
opina que antes de aplicar la categoría de "monstruoso" a lo transgénico,
valdría la pena reflexionar sobre la propia condición transgénica del
hombre.

"El Proyecto del Genoma Humano ha demostrado que los individuos poseen
secuencias de diferentes virus, adquiridas durante el largo proceso de
evolución. Esto prueba que tenemos en el cuerpo DNA de otros organismos. En
última instancia, significa que también somos transgénicos".

El artista brasileño, cuya obra se ha expuesto en museos de Estados Unidos,
Japón, Francia e Italia, dice que aún no tiene planes para una próxima
exposición en México, "aunque sería genial hacerlo".




Vocación de pionero


Eduardo Kac (Río de Janeiro, 1962). Artista visual y ensayista. Es pionero
en el campo del arte electrónico y transgénico. Creador de la "holopoesía":
poemas concebidos con hologramas. Algunas de sus obras forman parte de la
colección permanente del Museo de Arte Moderno de Nueva York. Miembro del
consejo editorial del periódico Leonardo, publicado por el Instituto
Tecnológico de Massachusetts. Es autor de los libros Eduardo Kac: Telepresencia, biotelemática y
arte transgénico y El octavo día.




Coneja Alba (PVF) (2000).


Emblema del arte transgénico de Kac, nació en febrero del 2000 en Francia.
Resplandece con un tono verde cuando se le ilumina con una luz azul.



Jugada 36 (2004).

Instalación que recrea la derrota del campéon mundial de ajedrez Gary
Kasparov frente a la computadora Deep Blue. En la casilla de la jugada
decisiva, Kac colocó una planta a la que insertó un gen que desarrolló a
partir del principio cartesiano: "Pienso, luego existo".


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