Originally published in El País (ciberp@ís), Madrid, Octubre 5, 2000, p. 20.


Los artistas exploran la revolución genética a partir de la Biblia

R.Bosco/S.Caldana

La revolución genética plantea interrogantes de carácter ético, social, médico, político, económico y ecológico a los que intentan dar respuesta las obras reunidas en la exposición Paradise Now :Picturing the Genetic Revolution, abierta hasta el 28 de octubre en el Exit Art, un centro de arte de Nueva York.

Las obras de los 39 artistas seleccionados por Marvin Heiferman y Carole Kismaric están divididas en dos secciones: la primera reflexiona sobre las investigaciones sobre la naturaleza del genoma humano, mientras que la segunda explora las implicaciones de la biotecnologia en los animales y vegetales.

En la instalación interactiva The Human Race Machine de la fotógrafa Nancy Burson, el público puede escanear su rostro en un ordenador que transforma sus rasgos en cinco variaciones étnicas: caucásica, africana, asiática, latina e India.

Hybrids, un programa interactivo concebido por Eva Sutton, permite crear nuevos animales a partir de centenares de imágenes, que abarcan desde las ilustraciones fantásticas del siglo XVIII hasta los dibujos para la literatura infantil.

La pieza más espectacular de la exposición es Génesis, de Eduardo Kac, artista y escritor brasileño afincado en Estados Unidos, que trabaja com ordenadores, holografia, video, telepresencia, robótica e Internet. “Génesis es una obra de arte transgenética que explora la intrincada relación entre la biologia, los sistemas de creencia, la tecnologia de la información, la ética e Internet” explica Kac, docente de Arte y Tecnologia en la Escuela del prestigioso Art Institute de Chicago.

El elemento clave de este proyecto es un “gen artístico”; es decir, un gen sintético que no existe en la naturaleza, que Kac ha creado traduciendo una frase del libro bíblico del Génesis a código Morse, y ha convertido después el código Morse en una base de pares de ADN siguiendo un principio de conversión especialmente desarrollado para este trabajo.

“Elegi el código Morse porque representa la aurora de la era de la información, la génesis de la comunicación global” afirma el artista.

Conectándose a la pieza via Internet, los visitantes activan una caja de luz ultravioleta que estimula el crecimiento de las bacterias, cuyos movimientos se pueden ver en la pantalla del monitor. Además, mediante otro ordenador que forma parte del complejo montaje, estos movimientos generan una melodia basada en los algoritmos de la multiplicación bacterial. De este modo, la música varia en tiempo real, paralelamente a la mutación de la bacteria como consecuencia de la participación de la gente.

“Génesis explora la idea de que los procesos biológicos son hoy programables, asi como son capaces de almacenar y procesar datos de un modo semejante a los ordenadores digitales. En el siglo XIX, la comparación hecha por Champollion entre los tres lenguajes de la Piedra Roseta fue la clave para entender el pasado. Hoy el triple sistema de Génesis (lenguaje natural, código ADN y lógica binaria) es la clave para entender el futuro”, afirma Kac, que fue asesorado por el doctor Charles Strom, director de Genética Médica en el Illinois Masonic Medical Center.

Finalmente, preocupado por el echo de que el ADN se ha convertido en una mercancia, el artista Larry Miller primero patentó su propio genoma y después registró un certificado, denominado Genetic Code Copyright, que se puede conseguir a través de su sitio y acredita al portador como poseedor de sus propios genes. “Se trata de un gesto simbólico para reclamar un derecho que aún no está reconocido legalmente”, afirma Miller.


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